El bullicio de los niños llenaba el colegio con risas y entusiasmo mientras se preparaban para el esperado desfile de moda de verano, un evento solidario destinado a recaudar fondos para las numerosas misiones vicencianas en las que participamos. En el patio, un escenario improvisado se levantaba entre las mesas y sillas, adornado con telas brillantes y globos de colores.
Los pequeños modelos, nerviosos pero emocionados, vestidos de colores vibrantes, camisetas con estampados divertidos y bañadores no podían contener su emoción ante la idea de desfilar frente a sus compañeros y familiares.
Con la música comenzando a sonar, uno a uno, los niños salían a la pasarela con una confianza sorprendente, mostrando sus mejores poses y sonrisas radiantes. Desde los más pequeños que apenas caminaban hasta los mayores que imitaban a modelos profesionales, cada uno mostraba su propio estilo y personalidad única.
Los padres y familiares observaban con orgullo desde sus asientos, sabiendo que su apoyo no solo estaba respaldando a sus hijos, sino también contribuyendo a una causa noble, se convertía en una meta compartida, impulsando el entusiasmo y la generosidad de todos los presentes.
Entre los modelos, se podían ver temas recurrentes de la temporada de verano: estampados florales, rayas marineras, trajes de baño con motivos tropicales y accesorios coloridos que complementaban cada atuendo.
A lo largo del desfile, la energía contagiosa de los niños llenaba el ambiente, creando una atmósfera de alegría y celebración. Al finalizar el evento, los aplausos resonaban en el colegio mientras los niños se retiraban del escenario con sonrisas resplandecientes y abrazos de felicitación.
El desfile de moda de verano infantil no solo fue un evento divertido y emocionante, sino también una poderosa demostración de solidaridad y generosidad, demostrando que incluso los más pequeños pueden marcar una gran diferencia en el mundo.
– Colegio Nuestra Señora del Milagro