Queridas Hermanas, Equipos Directivos y toda la Comunidad Educativa:

Navidad y cada día del año “Es tiempo de salvación”. Tiempo de la “paciencia de Dios” que se hace Niño y viene a nosotros a mostrarnos el camino, “paciencia de Dios” que respeta nuestros procesos y nuestro arduo trabajo para acercarnos a Él, “paciencia de Dios” que espera infinitamente a que nuestros ojos se abran y puedan reconocerle en los que tenemos cerca y en los que están lejos, en los más vulnerables de nuestra sociedad, en nuestras familias, en nuestros claustros y en todos los rincones donde se pone de manifiesto su amor por nosotros.

Los versículos del Profeta Isaías nos invitan a ser agentes de ánimo y apoyo en la vida de aquellos que nos rodean. En la sociedad, en nuestro entorno, en nuestras aulas nos encontramos con muchas situaciones en las que se espera de nosotros que seamos luz, fuerza y voz para:

• Fortalecer “las manos débiles” de aquellos que están cansados y agobiados y no encuentran motivos para vivir la vida con alegría.
• Robustecer “las rodillas vacilantes” de aquellos que andan desorientados, sin encontrar el sentido de sus vidas.
• Decir “Sed fuertes” a todos aquellos que viven desanimados porque no encuentran quien les oriente en este camino y anime sus corazones.

“No temáis, viene en persona, hecho NIÑO y os salvará.”

Que la luz de estas fiestas, la que nace en nuestro corazón, nos ilumine para continuar ofreciendo en nuestras comunidades educativas un entorno lleno de amor y esperanza.

Les deseo una Navidad rebosante de alegría, paz y certeza de que todo nuestro esfuerzo por hacer presente el Reino entre los más pequeños tiene su recompensa.

Que el próximo año esté lleno de oportunidades para seguir creciendo juntos como Comunidades Educativas Vicencianas.

Un abrazo,
Sor Carmen Machado