Considerado como el idioma global de comunicación, el inglés se ha convertido en una herramienta imprescindible en nuestro día a día. Es muy importante empezar a aprenderlo en la infancia; además de ayudar a los niños a comunicarse, presenta otras ventajas: mejorar la atención y entrenar la mente; estimular la creatividad; adentrarse en su entorno desde la diversidad, el respeto y la tolerancia; fortalecer su  personalidad; y, por último, no podemos olvidar, abrir las puertas de su futuro.

En esta etapa, los niños tienen una gran capacidad de interiorizar el lenguaje, imitar sonidos, algo que les ayuda en este proceso de aprendizaje, al igual que la motivación, su espontaneidad y no tener sentido del ridículo; todo ello les beneficiará a la hora de poner en práctica otra lengua y les facilitará el aprendizaje de la misma.

La adquisición del lenguaje y su motivación para lograrlo debe trabajarse de forma vivencial, lúdica, activa, fomentando un buen clima en el aula y atendiendo a la individualidad de cada alumno, esto es, a sus ritmos de aprendizaje y gustos.

Para conseguirlo, en clase trabajamos a través de las rutinas que incluyen canciones y juegos, para que vayan adquiriendo conocimientos básicos como saludos y despedidas, los días de la semana, el tiempo, los colores, las formas, las estaciones del año, los números. Además, se utilizarán distintos juegos, adaptados a los contenidos que se quieran aprender (juegos con flashcards, juego simbólico, representaciones de cuento) y algunos juegos populares, adecuados para este aprendizaje (los bolos, juegos con pelotas, el pañuelo, el escondite, pilla- pilla). Estas actividades elevan la motivación del alumnado y facilitan la adquisición del lenguaje de forma natural.

Mª Elena López Jiménez, Regina Mundi, Granada.