El objetivo fundamental de cualquier Plan Lector escolar es desarrollar las estrategias idóneas para la mejora de la competencia lectora y el desarrollo del hábito lector entre el alumnado. Para tal fin, es indispensable la cooperación de los dos pilares sobre los que se erige y desarrolla la capacidad intelectual de cualquier niño: familia y colegio.
Con esta fehaciente opinión, el equipo del Plan Lector de nuestro Centro (Nuestra Señora del Milagro -Almería-), planificamos una estrategia sobre la que despertar en el alumnado el gusto por la lectura. Comenzamos por causar en ellos, como ocurre con los espectadores, la intriga natural de: “¿qué será este anuncio?, ¿tal vez algo o alguien realmente fascinante va a llegar a nuestro colegio?”
¡Nada más lejos de la realidad! Nuestro objetivo era mostrarles la fusión existente entre: el arte de los hermanos Lumière y el literario. La primera duda que se nos presentó fue: “¿cantidad o calidad?”. Lo teníamos claro. Los grandes logros se consiguen con firmes pasitos acompasados. Por esta razón, optamos por una única lectura anual-grupal. Seleccionamos unas obras que, posteriormente, habían sido grandes éxitos de taquilla.
Eligiendo, a su vez, ejemplares atractivos no solo por sus excelentes adaptaciones sino también por su encuadernación e ilustraciones.
Planificamos un único esquema de trabajo para todo el Centro, que, posteriormente, cada ciclo adaptaría a la idoneidad de su nivel. Determinamos un trabajo semanal en el aula, potenciando en los estudiantes la capacidad indispensable para convertirse en lectores capaces de comprender, reflexionar e interpretar el texto y sus personajes. ¡Listos, cámara y acción! Y como si se tratara de un Paseo de la Fama, nuestro alumnado, por sí solo, caminó hacia la necesidad innata de continuar leyendo otras obras. Eso sí, debían disponer de una secuela en la gran pantalla. ¡Objetivo conseguido! Hemos despertado el gusto natural por un tipo de lectura. Además de impulsarlos al mundo de la crítica cinematográfica.
Tampoco nos olvidamos, en ningún momento, que nuestros alumnos están en unas edades en las que las actividades plásticas y lúdicas, simplemente, les fascinan. Así que, para la Semana de la Lectura planeamos, un abanico de manualidades basadas en las diferentes sensaciones que les produjo leer, comprender estos textos y visionar películas.
El camino requirió de mucha dedicación y esfuerzo; mientras que el resultado nos hizo saborear las mieles del éxito. Pero lo más importante, es que tal y como dijo Humphrey Bogart en Casablanca: “Presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad”.
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