Nace en Montgesty (Francia) el 5 de enero de 1802. Se ordena de sacerdote el 23 de septiembre de 1826. Se le encomienda la dirección del seminario interno de la Congregación de la Misión, pero él ansía ir a misiones extranjeras. Desembarca en Macao el 29 de agosto de 1835. Ejerce el ministerio entre los cristianos, pese a los peligros de la persecución. Delatado por uno de sus adeptos padece el martirio en Uchanfú el 11 de septiembre de 1840, tras prolongadas torturas. Fue beatificado el 10 de noviembre de 1889 y canonizado el 2 de junio de 1996.
El 11 de septiembre celebramos su memoria y recordamos su mensaje:
«No hay más que una cosa necesaria, Jesucristo.»
«En el crucifijo, el Evangelio y la Eucaristía hallamos cuanto podemos desear, no hay otro Camino, otra Verdad ni otra Vida.»
«Nuestro Señor nos dijo: «Yo soy el camino», pero ¿qué camino? El camino de la humildad, del amor, de la obediencia, de la penitencia, de la mortificación, de ls perfección, de la felicidad, de la gloria.»
«Para no perdernos, necesitamos una antorcha que nos ilumine. Pues bien, él (Jesucristo) nos servirá de antorcha, puesto que él es la verdad y declara que quien le sigue no anda en tinieblas, sino que tendrá luz de vida.»
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