Los Abuelos También Cuentan
Érase una vez un grupo de niños muy curiosos de segundo ciclo del colegio La Milagrosa, en Almería.
Un día sus tutoras propusieron hacer una visita a los museos de Terque, un pequeño pueblo situado a las puertas de Sierra Nevada.
En este pueblecito son varios los museos existentes y todos ellos muestran un poco de la historia de nuestra provincia. Uno de ellos está dedicado a la “uva de barco”, producto por el que Almería fue conocida en el mundo entero, otro de ellos está dedicado a la moda de principios de siglo xx y otro a las artes y oficios de nuestros antepasados. Pero lo que nos llamó la atención fue un lugar especialmente cuidado. Se trata de un aula de colegio antigua, con sus pupitres y bancadas de madera, pizarra de tiza y tarima.
Para los niños era nuevo, para nosotras, las maestras, suponía un recuerdo de lo escuchado a nuestros padres y abuelos acerca de la enseñanza “de otra época”.
Volvimos al colegio y en los días siguientes las tutoras de 3º y 4º estuvimos dando vueltas a aquella visita y llegamos a la conclusión de que tenemos entre los abuelos y abuelas de nuestros alumnos un gran potencial en experiencia y sabiduría.
Nos pusimos manos a la obra y decidimos buscar un espacio en el colegio donde hacer un decorado de colegio antiguo. Para ello buscamos mobiliario, documentos antiguos y objetos propios de la enseñanza de tiempos pasados y pedimos colaboración a los alumnos para que aportaran fotos de sus abuelos, y libros de la enciclopedia de hace unos cuantos años.
La recogida de todo ello fue un éxito. Disfrutamos mucho viendo fotos en sepia o blanco y negro o aquellos maravillosos libros y cuadernos de entonces. Todo resultaba muy llamativo para los alumnos: ¡qué buena letra!, cuántos dictados, cuánto sabían…
Decidimos darle vida al decorado e invitamos a tres abuelitos docentes jubilados y a nuestra querida Sor María Teresa, que vivieron con entusiasmo sus años infantiles y sus años como maestros. Pasaron una mañana con nosotros respondiendo curiosas preguntas, ante los atentos ojos de los alumnos de 3º y 4º.
¿Qué sintieron en su primer día de trabajo? ¿Cómo eran los castigos en su época de estudiantes? ¿Usaron tarima? ¿Anécdotas que contar? Estas fueron solo algunas de las preguntas, pero hubo muchas más.
Las respuestas fueron fruto de la sabiduría y la experiencia que da el paso del tiempo dedicado a esta maravillosa profesión.
Los alumnos disfrutaron y a nuestros mayores se les dio la importancia que merecen. Fue una experiencia inolvidable.
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