APRENDEMOS JUGANDO
Cuando cumplí 16 años, tenía clarísimo que mi vocación era ser maestra de Educación Especial. Con los años me formé y me convertí en maestra de Educación Infantil, de Inglés…¡mil cursos! y con la conciencia de que he de seguir formándome toda la vida.
Nada me hubiese hecho sospechar que después de 8 años trabajando en Infantil y Primaria, por fin llevaría el aula de Apoyo a la Integración en mi Centro.
En estos dos cursos he intentado dar todo lo mejor de mí, innovando todo lo posible. Para mis alumnos soy la “Seño Encarni”, también soy la «Seño con la clase más pequeña» del Centro, pero ellos valoran, sobre todo, la cantidad de juegos que encuentran para cada actividad que tienen que realizar en mi clase.
Mi gran pasión es enseñar que, para mí, es lo mismo que ayudar a los demás. Hoy valoro lo importante que es enseñar jugando. Intentar enseñarles de una manera diferente. No es ni mejor, ni peor, el objetivo es que aprendan, por eso en el aula hacemos “de todo”. Cuando me dicen «Seño ¿voy a jugar?», me encanta, es una manera emotiva y elocuente de poder ayudar a aprender a estos niños.
Muchos juegos los realizamos en la Tablet, mi gran aliada. Estos juegos no tienen etiquetas, ni edad, ni género. La uso desde niños de 1º de Primaria hasta 2º de la ESO, para niños con dislexia, TDAH, retraso leve, dificultades de aprendizaje, o niños sin ningún tipo de dificultad aparente. Me ayuda para la atención, discriminación de colores, segmentación, inserción, omisión, sustitución, derivación y separación de palabras.
Es increíble ver a alumnos que les cuesta discriminar fonemas, cómo se esfuerzan para trabajar con ciertos juegos, donde no reconocen todas las letras o cómo se quieren grabar ellos leyendo un cuento o contándolo los que todavía no saben leer.
Estas experiencias me llevan a animar a usar las nuevas tecnologías. Con ellas no perdemos tiempo, lo único es saber elegir las herramientas necesarias para nuestros alumnos y recordar que estamos en el siglo XXI.
Antes los niños nacían con una barra de pan debajo del brazo, y hoy los niños nacen con las nuevas tecnología. Ellas son nuestras nuevas aliadas y hay que intentar explotarlas, en favor del aprendizaje, al máximo posible.
Esta enseñanza más individualizada, es lo que hago en mi aula y aunque sea pequeñita, está llena de todos sus corazoncitos y hace que mi clase brille con un color especial. Si algún día hay alguien triste no pasa nada, ellos saben dónde están mis gafas que dan color a los días nublados.
Encarni Aguado
Colegio Nuestra Señora del Milagro (Almería)